sábado, 26 de mayo de 2012

GRACIAS

No nos damos cuenta.
No nos damos cuenta,... hasta que ocurre.

Guiar tu vida; tomar las riendas y dirigirte allá donde quieres.
Confiar en tí mismo; manejar tus relaciones apoyandote en tus virtudes y difuminando tus defectos.
Hacer y deshacer sin depender de nadie; crear, colaborar, organizar y cooperar; sin más límite que el que te imponen tus obligaciones, tus miedos y tus carencias. Pero siempre consciente de ellos y controlando su influencia en lo que haces.
Calzarte los patines y rodar. Deslizarte libremente; sitiendo la brisa en la cara, saltando bordillos, robando el puck o moviendote al son de la música.

Qué sencillo ¿verdad?
Es tan natural como respirar,... como andar.
Pero... ¿qué pasa cuando no puedes? ¿Cuando dependes de dos muletas para andar?

La dependencia física se torna emocional,... relacional,... social,...
No puedes alejarte de casa más de 20 o 30 metros sin la compañía de alguien.
No puedes levantarte de la cama, vestirte, calzarte,... sin contar con la buena actitud de quienes te rodean.
No puedes,... ¡nada!.., sin ayuda.

Y en ese momento de dependencia casi absoluta,...
¡Cenota con la gente de la asociación y Roller-disco!
A priori inviable, ¿no es así?

Pues no.

Te vienen a buscar a casa en coche.
Te flanquean, a paso "tortuga", hasta que llegas sin incidentes al lugar de la cita.
Atentos a todas y cada una de tus peticiones, te sirven la cena; desde el primero hasta el,... ¿cuarto, quinto plato? Ya no lo recuerdo,... pero cenamos... ¡bien!
Nuevamente te escoltan hasta el coche, y una vez aparcado éste,... hasta la discoteca.
Te pagan la entrada (será para que no dejes las muletas para sacar la cartera).
Te invitan a unos tragos (sí, he dicho "unos").
Te escoltan nuevamente hasta unos sofás escondidos en una oscura esquina de la pista, para proteger tu dolorida pierna.
Cada viaje hasta el baño se convierte en una fiesta en la que la "guardia real" te abre camino y guarda la espalda hasta atravesar toda la pista de baile.
Sales del baño,... ahí están otra vez; organizando el círculo protector. (¿El "pájaro" sale del nido?).
Te desplazas en el interior de tu "espacio protegido" hasta llegar nuevamente a tu penumbra.
Tres horas en una discoteca llena de patinadores "bailongos", con el caracter, digamos,... animado por el ambiente y los cubatas, ¡y no llegas a estar solo en tu esquina ni un minuto seguido!
Cansado, te levantas. La pierna inflamada. Demasiadas horas en activo cuando hace escasamente una semana de la operación.
¿Me acercas a casa? ¡Claro!

Fue toda una experiencia, pero no sólo por el evento en sí mismo, sino por el cúmulo de agradecimientos que se agolparon en mi pecho hasta el punto de necesitar un forma de liberarlos.
Y ésta es la forma.
Mil gracias a tod@s.
El espíritu que me atrajo a Gaubela sigue vivo.
 

2 comentarios:

  1. GRACIAS A TI, POR DEJARTE AYUDAR!!!!

    Durante toda nuestra vida, estamos aprendiendo algo.
    Somos eternos alumnos y nadie es demasiado viejo como para aprender, una nueva lección.

    Más grande qué todas las piramides, que el Himalaya, que todos los bosques y los mares, es el corazón humano. Es mas bello que el sol, que la luna y que todas las estrellas, a la vez que más radiante y florido: infinito es su amor, infinito como la divinidad; es la divinidad misma.

    Se suele decir que él que dá desinteresadamente, suele recibir el triple y eso es lo que te ha pasado a tí, por ser como eres con tus + y tus - pero te haces querer.

    Un abrazote y pronto dejarás esas muletas!!!!!!

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  2. ¿-?, ¿Qué -? Yo no tengo -!! Tengo +incomprendidos!
    Je, je.

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