lunes, 19 de marzo de 2012

CARTA DE UN HIJO


No me des todo lo que pido. A veces solo pido para ver hasta cuánto puedo coger.

No me grites. Te respeto menos cuando lo haces y si me enseñas a gritar a mí también.

No me des siempre órdenes. Si en vez de órdenes, a veces, me pidieran las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.

Cumple las promesas, buenas y malas. Si me prometes un premio, dámelo; también si es un castigo.

No me compares con nadie, especialmente con mi hermano/a. Si tú me haces sentir mejor que los demás, alguien va a sufrir; y si me haces sentir peor que los demás yo seré quien sufra.

No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer. Decide y mantén esa decisión.

Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender.

No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que lo haga por tí, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentirme mal y perder la fe en lo que me dices.

Cuando yo hago algo malo, no me exijas que te diga el porqué lo hice. Aveces ni yo mismo lo sé.
Cuando estes equivocado en algo, admítelo y crecerá mi confianza en ti y así me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.

No me digas que haga una cosa y tú no la haces. Yo aprenderé siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas, pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.

Cuando te cuente un problema mío, no me digas: "no tengo tiempo para bobadas" o "eso no tiene importancia". Trata de comprenderme y ayudarme.

Y SOBRE TODO, QUIEREME Y DIMELO. A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.


1 comentario:

  1. Parecen los mandamientos sagrados de la vida.

    Deberian "enseñarnos" a los Padres a ser más consecuentes con nuestros hijos, muchas veces por falta o intereses particulares nuestros,"dejamos" a un lado la educación de los hijos,y así nos va la vida.

    Ciao

    ResponderEliminar